En el estadio de River se llevó a cabo un operativo, al igual que en la oficinas de UTEDYC por irregularidades durante la final de la Libertadores en la cual excedieron la capacidad máxima de la cancha.
El allanamiento en el Antonio Vespucio Liberti estuvo a cargo del fiscal Adrián Grassi, quien elevó la orden para buscar pruebas por la liberación de molinetes durante el encuentro que jugaron River y Tigres, válido por la revancha de la Final de la Copa Libertadores que consagró al local.
La capacidad superó los limites. Se esperaban 62 mil personas, aunque afirman que en total entraron 70 mil. Todo salió a la luz cuando se encontraron audios de Oscar Borelli, jefe de los controles de la cancha de River.
La meta del operativo pasó por secuestrar elementos probatorios para investigar el hecho, ante la omisión de recaudos de organización y seguridad que pesa sobre el club. El personal de la división Investigaciones de Conductas delictivas en Espectáculos deportivos de la Policía Federal se hizo presente en el ‘Monumental’,.
Este procedimiento se suma a la sanción por parte de la Conmebol por la utilización de fuegos pirotécnicos, algo a lo que se refirió Ignacio Villarroel, abogado de la institución riverplatense, en Radio Cooperativa (programa Los Más Grandes): «Somos optimistas de tener un fallo favorable, todavía no hay noticias». A su vez, adelantó que intentan dar con el paradero de los agresores del periodista de Boca en el último Superclásico.
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