Cuerpos dóciles, un documental sobre la justicia más cruda

En el capítulo «Disciplina» de Vigilar y castigar, Michel Foucault explica qué es un cuerpo dócil: aquel que es sometido, utilizado y transformado con fines coercitivos. La alusión explícita en el título de la película de Diego Gachassin y Matías Sacarvaci que se estrenará mañana no es arbitraria. Con el foco puesto en el singular trabajo del abogado penalista Alfredo García Kalb, dedicado a defender a gente excluida del sistema que encuentra una vía de escape en el delito, Los cuerpos dócilesexcede el marco del documental dedicado a un personaje que sin dudas lo merece (García Kalb es realmente un caso particular) y estimula una discusión abierta en torno a las desigualdades de clase que se relaciona directamente con una problemática muy en boga: la mentada inseguridad, un fantasma que parecería acosar sólo a un sector de nuestra sociedad, aquel cuya voz tiene más facilidad para expandirse.

Premiado en el Festival de Cine de Mar del Plata y seleccionado para el Doc Fest de Munich, el film tiene, según Scarvaci, dos pilares: «Por un lado, el mundo del derecho penal, que yo conozco porque soy abogado. Y por otro, la figura de Alfredo García Kalb, que conozco de la época en la que estudiábamos derecho, en los 90. En esos dos elementos veía mucha teatralidad, muchas posibilidades narrativas. A medida que avanzaba el rodaje, la figura de Alfredo se fue desplegando. Entendimos que ahí estaba contenida la totalidad del asunto, sin necesidad de acudir a otro tipo de explicaciones o relatos. A pesar de que en términos formales no lo sea, estoy convencido de que es un gran actor. Tiene todo lo necesario: puede actuar en varios planos a la vez, con conciencia del otro, del ritmo y de la cámara. Puede improvisar y organizar un discurso dramático».

En Los cuerpos dóciles no hay, al menos de manera expresa, un discurso aleccionador. No hay buenos ni malos en el ámbito de la justicia, ni siquiera un diagnóstico definitivo. Sí una serie de datos que, relacionados con sagacidad, permiten observar las manipulaciones que caracterizan su funcionamiento. «Tratamos de traer el tema al mundo real, cotidiano. Con mucho cuidado de no bajar línea e incorporando el humor en momentos crudos, difíciles. En un principio, la idea era mostrar la dicotomía que existe en el derecho penal entre teoría y práctica. Luego entendimos que, a los fines cinematográficos, lo más poderoso era el universo de este abogado penalista que circula por el margen, con un vínculo muy cercano al delito, defendiendo a los que nadie quiere defender. Sus estrategias de defensa dependen en buena parte del desarrollo de mecanismos propios de la actuación.»

Actor de buena trayectoria en el off porteño, formado en el estudio de Ricardo Bartis, Scarvaci hizo su primera experiencia en la dirección con Los cuerpos dóciles. «Y ese trabajo con Bartis me sirvió muchísimo -asegura-. Cuando trabajás con él, el vínculo con la dirección es entre pares. Se intenta, desde la actuación, tener una mirada totalizadora. Entonces fui desarrollando una mirada sobre la dirección, sobre los motivos del interés por determinados asuntos por sobre otros. Entendí la teatralidad de las situaciones y de las personas. Lo más complejo es poder articular todos esos intereses en un relato, cinematográfico o teatral. Ése es el gran problema: el relato».

Fuente: La Nación

Sea el primero en comentar en "Cuerpos dóciles, un documental sobre la justicia más cruda"

Deje un comentario

Su email no será publicado


*