Subsidios y préstamos para no frustrar el inicio de la vocación

Detrás de una pintura, canción, coreografía o pieza teatral hay números. Y no sólo por las proporciones ni por la métrica, sino porque, sin presupuesto, en muchas ocasiones la vocación artística deriva en frustración. Comprar un instrumento, elegir una escuela para formarse en la danza (lo cual a veces supone cambiar de ciudad) o disponer de un taller de trabajo puede volverse una osadía para quienes intentan desarrollar su faceta artística.

La solución a muchas de estas situaciones puede ser la solicitud de una beca, subsidio, préstamo u otros apoyos que permitan llevar adelante el proyecto. La poeta Alejandra Pizarnik pudo perfeccionarse en la Sorbonne (París) gracias a un préstamo del Fondo Nacional de las Artes (FNA), en 1959, y Gerardo Gandini pidió un crédito para comprar un piano en 1964. De hecho, una de las publicidades propone: «¿Tu sueño es ser el próximo Gandini…».

Actualmente, funcionan al menos cinco grandes líneas de ayuda para la promoción artística. Desde 1958, el FNA ofrece líneas de financiamiento con la tasa fija «más baja», y el Ministerio de Cultura de la Nación tiene en marcha varios programas: Becar Cultura, que da becas, aéreos y fondos para desarrollar obra fuera del país; Plataforma Futuro, un concurso que premia la experimentación; ayudas para movilidad, adquisición de equipamiento y renovación de infraestructura, y el nuevo programa Padrinazgos, del Incaa.

La bailarina Oriana Victoria Scheidegger tiene 15 años. Comenzó a estudiar en la Academia del Ballet de Moscú de Posadas (Misiones) y terminó en el Colón, y por eso se mudó con su mamá de su tierra natal a Buenos Aires. En el medio, y gracias a su talento y a un préstamo del FNA, pasó por Nueva York. «Era la primera vez que viajábamos y a Oriana le sirvió para vivir el ballet a otro nivel. En 2014, ella había sido la única elegida de la Argentina para el concurso internacional de Valentina Kozlova, en Estados Unidos, pero a pesar de que peregriné por todos lados pidiendo ayuda para que pudiera viajar y disfrutar de la beca que ganó para estudiar allá no pudo ir. Incluía las clases, pero no el alojamiento ni el viaje», explica su madre, Silvana Scheidegger.

En 2015, por sus aptitudes para la danza, Oriana ganó otras dos becas: una para la misma competición y otra para perfeccionarse en la American Academy of Ballet. Otra vez, su mamá comenzó a moverse, con la dificultad que conlleva realizar ciertas gestiones en las provincias (en Misiones, por ejemplo, no hay mecenazgo). Se enteró de las ayudas del FNA y obtuvo un préstamo de 70.000 pesos, con el que las dos viajaron al hemisferio norte. «Sin esa ayuda, no podríamos haber ido. La experiencia le encendió el motor para prepararse mejor mental y técnicamente», dice la mamá. «Mi sueño es ser una gran bailarina y poder proyectarme por el mundo. Los viajes que realicé me llenaron de hermosas experiencias», contó ayer la joven a LA NACION.

Ana Franco es hoy vicedirectora de la Escuela Superior de Arte Manuel Belgrano (Barracas). Hace 20 años, ella también logró dar un paso gracias al apoyo del FNA: compró su primera prensa de grabado con un préstamo. Ahora, tiene pensado pedir otro para seguir creciendo.

La joven rosarina María Armoa (16) estudia oboe desde los nueve años. El instrumento con el que contaba hasta hace un año ya no le servía para avanzar en su formación. El año pasado, a través de un préstamo de $ 70.000 solicitado por su familia al FNA, pudo adquirir un Marigaux 901 semiautomático. Este año, comenzó a estudiar en la Facultad de Música de la Universidad de Rosario. Acceder a esta posibilidad significó mucho para ella, «no sólo por la plata, sino por el tiempo que me hubiera llevado conseguirlo. Quiero vivir de esto, es lo que me gusta», asegura María.

La importancia del crédito

El Fondo Nacional de las Artes ofrece tres líneas de financiamiento: microcréditos de hasta $ 50.000 para cualquier fin artístico (a devolver en un máximo de 36 meses y a una tasa fija anual del 16,5%); préstamos para viajes o para comprar instrumentos, insumos o materiales para la creación, edición o impresión de libros, discos o películas (a 60 meses y con la misma tasa anual), e hipotecas para la compra, refacción o ampliación de inmuebles (reintegro a 120 meses, a una tasa del 7,5%). Más información en www.fnartes.gob.ar.

En cuanto a los programas del Ministerio (www.convocatorias.cultura.gob.ar), el Becar Cultura financia pasajes para viajar entre este octubre y mayo de 2017, y está destinado a la formación, investigación y producción de obra en el exterior. Brinda apoyo en dos modalidades: pasajes para creadores e investigadores del arte y la cultura, y becas de intercambio para residencias. Plataforma Futuro es un concurso inédito que premia la experimentación artística, el cruce de disciplinas y la incorporación de nuevas tecnologías en todas las artes (la convocatoria cierra el 11 de septiembre). Otorga subsidios de entre 80.000 y 120.000 pesos y valora el riesgo en la búsqueda estética más allá de los posibles resultados.

El Fondo Argentino de Desarrollo Cultural y Creativo ofrece subsidios de hasta $ 300.000 (mañana es el límite para solicitarlos) para proyectos, mejoras de infraestructura, equipamientos de espacios y comercialización de productos en ferias, mercados, festivales, exposiciones y giras artísticas.

Fuente: La Nación

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