Pese a buen dato de inflación, el Banco Central demoraría la baja de las tasas de interés

Uno de los datos más esperados por el Gobierno, la disminución de la tasa de inflación de mayo (fue de 1,3%, la mitad del mes anterior), pone al Banco Central ante un dilema. La entidad deberá resolver si apura o no la baja de la tasa de interés, que subió hace un par de meses ante el repunte de los precios. La lógica indicaría que ante las señales de desaceleración que se empezaron a vislumbrar el mes pasado y se consolidarían este mes ya hay margen suficiente para comenzar a desandar aquel camino.

Pero Federico Sturzenegger no está tan seguro: básicamente quiere evitar un nuevo paso en falso como el de fines de 2016, cuando se apuró en bajar las tasas por la desinflación del segundo semestre, que luego no se sostuvo. Del otro lado, claro, está la Casa Rosada y el apuro por mostrar una reactivación más sostenida en los meses previos a las elecciones. Y bajar el costo del dinero podría colaborar con ese objetivo.

La inflación núcleo bajó a 1,6%, menos que la general. Es el dato que sigue más de cerca el Banco Central

El propio titular del BCRA reconoció ya en más de una conferencia de prensa que cometió un error al acelerar aquella reducción, pensando en que la reducción de la inflación sería permanente. Pero el repunte de los tres meses que fueron de febrero hasta abril demostraron que el fenómeno es persistente y que demorará mucho tiempo domesticarlo.

Con el esquema de metas de inflación elegido, el principal instrumento que tiene el BCRA para combatir la suba de precios es justamente la tasa de interés. Si las expectativas inflacionarias suben, entonces debe aumentar las tasas para enfriar la economía y evitar un recalentamiento de los precios. Es lo que hizo en los últimos meses al pasar la tasa de referencia del 24,75% al 26,25%. Algunos economistas incluso consideran que ese incremento fue insuficiente.

Se espera que la inflación de junio se ubique en niveles similares o incluso al 1,3% que el Indec divulgó en mayo

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Pero ahora que la inflación bajó decididamente a 1,3% en mayo, la mitad del 2,6% registrado en abril, vuelve la presión para que el BCRA afloje su política monetaria. En la entidad, sin embargo, prefieren manejarse con cautela ante una serie de factores que no permitirían apurarse tanto para tomar una decisión. Los principales son los siguientes:

– La inflación núcleo que es la que no contiene rubros estacionales o regulados (como ajustes tarifarios) cayó a 1,6% y se ubicó por encima de la general. Si bien el dato es positivo, la caída no fue tan pronunciada y es el indicador que monitorea el BCRA. Con este dato, sin embargo, la tasa real se volvería muy positiva ya que estaría unos 6 puntos porcentuales por encima de la inflación. Claramente un nivel más alto del óptimo y que alentaría la «bicicleta financiera», es decir mucho ingreso de dólares para posicionarse en inversiones en pesos.

– Luego de reconocer que el Banco Central «se apuró» al bajar las tasas a fines del año pasado, sería contradictorio por parte de Sturzenegger que ahora actúe precipitadamente por un solo registro positivo de inflación. Lo lógico, consideran muchos analistas, es esperar a que el dato se consolide con la inflación de junio. Se estima que podría repetir este nivel de 1,3% o incluso ubicarse levemente por debajo.

– El Relevamiento de Expectativa de Mercado (REM) que mensualmente difunde el Banco Central indica que los principales analistas esperan una inflación por encima del 21% para el 2017. Como la meta sigue siendo del 17%, la lógica indicaría que no se modifiquen las tasas hasta que esa expectativa empiece a confluir con ese nivel. Pero claramente no será el caso porque a esta altura está prácticamente descartado que se pueda cumplir con el techo estipulado por Sturzenegger para este año.

– El aspecto «reputacional» de la autoridad monetaria, algo a lo que le dan mucha importancia en general los inversores sofisticados. Esto significa que en ocasiones el Banco Central debe incluso sobreactuar para demostrar que está al margen de las presiones políticas, que siempre prefieren tasas más bajas para apuntalar la reactivación. Pero Federico Sturzenegger tiene una respuesta para ese tipo de posturas: «Nada es más reactivante para la economía que bajar la inflación», reitera.

Fuente: Infobae.com

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