El encuentro cara a cara entre Macri y Triaca se concretó más tarde. Mientras ambos estaban reunidos se confirmaron por escrito las dimisiones de las hermanas Mariana y Lorena Triaca, que se desempeñaban en el directorio del Banco Nación y en la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, respectivamente. Su esposa Cecilia Loccisano, se iría esta semana del Ministerio de Salud, donde administra las partidas presupuestarias y una porción de la millonaria caja de las obras sociales sindicales.
Durante su retiro en las playas de Chapdmalal, Triaca preparó su defensa y la exposición que dará hoy en la reunión de gabinete. El corazón de su presentación será una radiografía sobre lo que fue la intervención del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) desde febrero de 2016 hasta la actualidad. No prevé referirse al escándalo que se abrió a partir del maltrato y el despido de una empleada doméstica porque considera que ese asunto ya fue cerrado la semana pasada, cuando su hermano Carlos convino una indemnización con Sandra Heredia.
Triaca dirá hoy que el SOMU fue saneado económicamente a partir de la intervención. Precisará que tuvo ganancias de $202 millones y exhibirá las copias que presentará ante la Oficina Anticorrupción con detalles sobre los más de 100 nombramientos que hubo, entre los que se destacan el de su exempleada y el de su cuñado Sergio Borsalino.
Hubo, además, otras designaciones que alimentan las especulaciones sobre un acuerdo entre Triaca y el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, que envió a prisión al exjefe del SOMU Omar Enrique «Caballo» Suárez.
El regreso a su despacho en el piso 13 de la avenida Leandro Alem 650 no fue sencillo. Afuera, en las narices del organismo, la izquierda había montado un escrache con mensajes acusatorios. Entre los carteles también se colaron las demandas salariales y el rechazo a los despidos.
Triaca todavía no está dispuesto a dar explicaciones públicamente. Hoy la hará ante sus colegas del gabinete y su equipo de asesores evalúa si es conveniente convocar a la prensa. Él desea dar vuelta la página lo más rápido posible para afrontar el desafío paritario, que se anticipa empinado y conflictivo a partir de la exigencia de Macri de cumplir con la pauta salarial de 15 por ciento y sin avalar la cláusula de revisión por inflación.
A pesar de esta señal de fortaleza, Triaca está todavía incómodo por la escalada que tuvo la polémica por el caso Heredia y el SOMU, y le preocupa ahora la exposición que tiene su familia a partir de las designaciones en el Estado.
En su equipo de colaboradores más estrechos, mientras tanto, trabajan para evitar que se abran nuevos frentes de conflicto y reciclan medidas para profundizar la avanzada contra los gremios díscolos. Pero en otros sectores del ministerio aprovechan el temporal para echar a rodar versiones de otras irregularidades como las del SOMU en los otros gremios intervenidos.
Fuente: La Nación
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