Monzó avisó que deja la presidencia de la Cámara baja

Quería comunicarles que decidí no seguir al frente de la Cámara de Diputados cuando termine este período». Esas fueron, según altas fuentes del Gobierno, los términos que usó el presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó , para comunicarle al presidente Mauricio Macri su decisión de dejar el cuarto lugar en la sucesión presidencial a partir de diciembre el año que viene.

El diálogo entre Monzó y Macri, que se mantuvo en secreto hasta ayer, fue confirmado en la tarde de ayer por el jefe de Gabinete, Marcos Peña , quien también participó de aquella charla. En declaraciones al programa El diario de Mariana, Peña afirmó que el exministro de gobierno porteño y con quien compartiera el armado de la campaña nacional de Cambiemos en 2015 «pretende colaborar a partir de 2019 en otra tarea», que no precisó.

Un destino posible para Monzó es la embajada en España , que actualmente ocupa el dirigente peronista y expresidente provisorio Ramón Puerta, de buen vínculo personal con Macri. A pesar que desde la Casa Rosada afirmaron que la conversación «existió», en la sede diplomática dijeron desconocer el asunto. «A Ramón le gustaría volver, pero aún tiene que cerrar temas importantes como la confluencia UE-Mercosur. Además, con la relación que tienen con Macri, se hubiese enterado antes si la decisión es reemplazarlo», contestaron a LA NACION cerca del peronista misionero.

Para Peña, la decisión de Monzó tiene que ver con el «desgaste» de su posición al frente de la Cámara baja en los últimos dos años y medio, en los que debió trabajar, en minoría, y buscar consensos con una oposición que osciló entre la conciliación y la pelea frontal.

El jefe de Gabinete reiteró que Monzó, con quien confrontó en repetidas ocasiones, «es una persona de extraordinaria importancia» para el espacio Cambiemos. «Tuvimos perspectivas distintas», reconoció Peña.

Desde que Macri llegó a la Casa Rosada, y alejado tanto de Peña como de la gobernadora María Eugenia Vidal desde que propuso un acuerdo electoral con Sergio Massa, Monzó fue postulado por la mesa chica macrista para presidir la Cámara baja y a la vez relegado de forma progresiva de las principales decisiones de la fuerza a la que arribó a principios de 2011 proveniente del denarvaísmo.

Los cuestionamientos públicos al asesor presidencial ecuatoriano Jaime Durán Barba le valieron el ostracismo definitivo. «Solo hablo de temas legislativos», suele bromear Monzó, quien también dejó de ir a las reuniones que Macri organizaba los sábados en la quinta de Olivos o en la quinta Los Abrojos, de Malvinas Argentinas.

En su rol institucional, Monzó debió lidiar con el frente político más turbulento que enfrenta el Gobierno: la Cámara de Diputados. La semana pasada maniobró para evitar que la oposición lograra sesionar para rechazar el aumento de las tarifas. Solo le faltó un diputado a la oposición para alcanzar el número necesario para debatir sin necesidad de contar con la compañía del oficialismo. «De acá a las elecciones vamos a sentir que somos minoría», le dijo Monzó a sus íntimos días atrás, en previsión de nuevas embestidas opositoras por las tarifas. También contó que en Carlos Tejedor, el pueblo en el que fue intendente entre 2003 y 2007, le cuestionaron la suba de luz y gas.

Antes, Monzó había practicado equilibrio entre el malhumor social y la presión de los legisladores para eliminar el polémico canje de pasajes, sin quitarle recursos a los bolsillos de los diputados. Lo hizo con eficiencia, como un experto en la denominada «rosca» política, una «virtud» que le valió más de una vez ironías del propio Macri.

Pero el peor trance que enfrentó Monzó fue la aprobación, a fines del año pasado, de la reforma jubilatoria, con protestas callejeras y un fuerte enfrentamiento en el interior del Congreso. A pesar de sus gestiones, siempre fue resistido por la mesa chica que rodea a Macri. Un destino en el exterior podría ser un «premio a los servicios prestados» por el dirigente nacido en la Ucedé, que pasó por el PJ y que apostó siempre, al margen de las internas, por su vínculo personal con el hoy presidente.

Una voz diferente

  • Disidencias: El diputado macrista expresó públicamente algunos desacuerdos con la estrategia política del oficialismo. Siempre se mostró inclinado a sumar alianzas con sectores del peronismo y criticó el poder del publicista Jaime Durán Barba. «Ya está bien con el marketing, ahora precisamos estadistas», dijo a comienzos de este año.
  • Carrera: Antes de sumarse al macrismo, Monzó tuvo un paso juvenil por la Ucedé. Luego integró el peronismo, donde trabó relación con Florencio Randazzo en la administración bonaerense.
Fuente: La Nación

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