Lavagna y el desafío del PJ federal: ¿un frente electoral sin o contra Cristina?

El interrogante sobre la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner, alimentado incluso desde su círculo más cercano, parece a esta altura un insumo en los planes del kirchnerismo. Y está atado además a las especulaciones sobre la «unidad» peronista para las elecciones que viene. La hipótesis de la no-candidatura llegó a filtrar incluso en algunos niveles del PJ federal, abriendo la esperanza de un armado electoral amplio. Pero el ensayo creciente de Roberto Lavagna suma en sentido contrario y algunos van más allá: dicen que hasta prefieren que la ex presidente vaya a la pelea.

La idea de correr contra la marca CFK es asociada hasta ahora a la estrategia del Gobierno: un escenario de polarización con base social cierta, pero que debería expandirse al punto tal de no dejar margen para terceras fuerzas, según la descripción lineal que se adjudica al duranbarbismo. La ecuación, por supuesto, es más compleja, lo cual explicaría los embates del Gobierno –Mauricio Macri, Marcos Peña y otros referentes del oficialismo- contra Lavagna, que lo colocarían como competidor de peso. ¿Polarizar y al mismo tiempo dividir el voto opositor? ¿O un intento de esmerilamiento antes de que la nueva oferta logre músculo político? Difícil que sea todo junto.

Los cálculos cruzan en paralelo al peronismo de Alternativa Federal. Y también asoman gestos políticos para pesar en la discusión interna, por ahora cuidada para evitar ruido mediático. Entre esos gestos se destaca el de hoy en Córdoba. Lavagna y Juan Schiaretti: nueva señal de candidatura, con el agregado de lo que podría denominarse el «modelo cordobés». Sería un modo de apuntalar la definición de un frente electoral con el PJ como núcleo pero contrario al esquema de «unidad peronista» con hegemonía del kirchnerismo.

Sergio Massa, Juan Schiaretti y Miguel Angel Pichetto

Sergio Massa, Juan Schiaretti y Miguel Angel Pichetto

Schiaretti busca afirmarse en un lugar decisivo del PJ federal. Y exhibe dos cualidades atractivas para los postulantes del sector: gobierna la provincia de mayor peso en manos peronistas y, además, no está anotado en la pelea por la candidatura presidencial. Hace una semana, formalizó su alianza para ir por la reelección, con eje en el PJ y la suma de expresiones de menor peso local, como el GEN, el socialismo y la agrupación que encabeza un intendente escindido del radicalismo. «Ese es el modelo que deberíamos replicar y ampliar nacionalmente», dice una fuente siempre activa y cercana al gobernador, para destacar la coincidencia con el criterio de Lavagna.

Ese modelo, más allá de la venta localista, coincide con la formulación que expone el ex ministro de Economía en sus definiciones públicas, que aumentaron sensiblemente en las últimas tres semanas en paralelo con sus citas para sumar también a sectores tradicionales del peronismo. No es un dato menor la reunión con Luis Barrionuevo y buena parte de los «gordos» de la CGT. Eso no suma como imagen, aunque garantiza estructura nacional y tal vez fondos para una campaña.

El concepto de armado electoral tiene otro punto de confluencia implícito –o menos expresado- entre Lavagna y Schiaretti. Y también, una materia no resuelta. Se trata de una alianza con el PJ federal como socio mayor que prescindiría de entendimientos con el kirchnerismo. En el caso cordobés, eso es lo que está expresado en la disputa por la gobernación, aunque en algunos distritos hay acuerdos de todos. Ocurrió el fin de semana pasado en La Falda, donde Cambiemos ganó con comodidad y retuvo el municipio.
La cuestión sin resolver es cómo coronar la candidatura a presidente. Se sabe: Lavagna quiere ser consagrado por acuerdo. Juan Manuel Urtubey viene sosteniendo que debe haber PASO. Sergio Masa también. Miguel Angel Pichetto da señales de mayor apertura a una salida de consenso. Y el cuarto socio fundador de este espacio, Schiaretti, cree que lo mejor es dejar este tema para más adelante. Ese sería su mensaje al ex ministro. Claro, formalmente hay tiempo hasta el 22 de junio para anotar las listas. Para entonces, tal vez esté más claro quiénes realmente están en carrera. Y cuáles son las perspectivas de cada uno de ellos.

Cristina Kirchner

Cristina Kirchner

Otro punto gravitante tiene que ver con la ex presidente. Y sería visible un matiz propio de Massa, a la vez objetivo sensible en la ofensiva kirchnerista para reunir peronismo alrededor de su proyecto. En esa visión, la puerta a la «unidad» podría abrirse si CFK no es candidata. Schiaretti mostró otra cosa en su propio juego provincial, y ya han expresado su rechazo Urtubey y Pichetto. En las cercanías de Lavagna dicen lo mismo.

¿Prefieren competir con la ex presidente? Hay quienes sostienen que sí. La cuestión de fondo es cómo quebrar la polarización. O cómo transformarse en una referencia que coloque a Macri y a la ex presidente en una misma vereda, entendida como expresión de un mismo fenómeno perjudicial para el país. Nada sencillo, entre otras consideraciones –admitidas en el análisis más reservado- porque la grieta o brecha está extendida socialmente, alimentada desde la política pero con base real.

Eso se verá. En el día a día, la intención de dejar para más adelante la discusión sobre el modo de consagrar candidatos expresaría voluntad política de instalarse como frente en formación. También, daría tiempo para observar cómo se mueven otras fichas en el tablero: Macri y la economía, la sucesión de elecciones provinciales, la ex presidente y su candidatura, las causas judiciales. Nadie juega solo.

Fuente: Infobae.com

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