Un desdoblamiento que dispersa el encuadre político nacional

Mientras se va realizando el escrutinio en Río Negro y las PASO de Chubut, y está fresca aún la reciente elección en Neuquén, efectuamos las siguientes reflexiones. Se confirma la tendencia al dominio de los oficialismos locales, en manos de fuerzas políticas que registran un sólido emplazamiento provincial, y escasa o nula imbricación con los Partidos nacionales. Se sigue confirmando la carencia de mayorías que extendidas en el territorio pudieran mantener un control político sobre los distritos, y una mayor homogeneidad. El desdoblamiento del cronograma electoral favorece la fragmentación, y agrega mayor dispersión al encuadramiento político nacional. A tal punto que es posible encontrar peronistas en la lista ganadora de Río Negro, y diversos peronismos en la interna chubutense .

La región que hace simultánea sus elecciones con la Nación -provincia de Buenos Aires y Ciudad- representa el 47% del padrón. En ese punto la distinción provincial será más difícil, aunque tanto Larreta, y sobre todo Vidal, intentarán zafar, vía corte de boleta, del disminuido Macri.

Las elecciones mostraron un voto castigo a Cambiemos que es juzgado desde la estanflación, la pérdida de credibilidad del gobierno nacional y el congelamiento político que padece la alianza. Los consensos de Cambiemos comparados con el 2015 y el 2017 van perdiendo caudal. En el caso de la elección a gobernador en Río Negro, el desempeño comparado exhibió una adversidad significativa comparado con Neuquén.

Las preguntas que uno siempre se hace respecto a la causalidad que pueda haber entre la situación socioeconómica con respecto a la orientación del voto han comenzado a tener respuestas en estas primeras elecciones. El impacto por la pérdida de las expectativas económicas por parte de la mayoría de la opinión pública y la desilusión entre los propios votantes es el principal factor en que Cambiemos encuentra su derrota.

La performance del peronismo, excepto en la provincia en Chubut en que Das Neves ejerció como gobernador y jefe del peronismo local, se vio perjudicada por un voto estratégico que prefirió abandonar a Cambiemos para sumarse a la mejor oferta provincial y evitar que el peronismo ganara. Es indudable que el esfuerzo de unidad realizado por sus dirigentes, con una activa participación de Cristina Kirchner, no genera hasta ahora una garantía suficiente para la victoria. Y en esto hay que distinguir que una cosa es la foto de Cristina acompañando a un aspirante a Gobernador o Legislador y otra cosa es Cristina candidata. Y que una cosa es como una candidata concentrada en el Instituto Patria y otra distinta es caminando la calle. Por supuesto que no desconocemos el monto de rechazo que provoca la dirigencia kirchnerista en una parte de la población, pero no parece que tenga otro camino que provocar las fronteras del voto.

Si bien la alianza oficialista y el peronismo/kirchnerismo han estado por debajo de las expectativas esto no impedirá que la polarización siga agitándose alrededor de la pelea principal. La candidatura presidencial es el combate de fondo. Los efectos de los resultados locales son aminorados en su proyecciones porque todavía no se han efectuado las elecciones en provincias grandes con mayor incidencia en el promedio nacional y mayor visibilidad. Por ahora, las encuestas, también marcan para Córdoba, Tucumán, Mendoza, ventajas de los gobiernos locales. Sobre Santa Fe se abren muchas incógnitas y sobre el territorio bonaerense la potencia de una candidata presidencial como CFK se hace sentir con mayor peso que su contrincante. Lo mismo ocurre en muchas provincias chicas.

Pero, repetimos, esta realidad tiene esta textura si los candidatos de cada polo son quienes todos suponen que van a ser. Si no lo fueran, o alguno no lo fuera, hay que reformular todo el escenario político electoral.

Observamos, que para mantener el eje de la polarización el gobierno abandona la exclusividad antiperonista de Cambiemos por una posición más versátil, menos exigente, y se apoya en que si bien no gana, lo importante pasa porque el peronismo no gane. De allí, quelos resultados de Neuquén y Río Negro, llevaron tranquilidad al gobierno, aunque la presencia de Cambiemos quedara disminuida.

Es un problema para la estrategia general del oficialismo que la marca de la alianza electoral que había crecido, y que se había consolidado en estos años, siga sufriendo golpes devaluatorios en las elecciones por venir.

Fuente: Infobae.com      Ricardo Rouvier

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