Hora de denunciar a los que cobijan al terrorismo

El 18 de julio de 1994, en la Argentina, cuando volaba la sede de la AMIA/DAIA, se perpetraba el atentado terrorista antisemita con mayor cantidad de muertos después de la Segunda Guerra Mundial. La saga del terrorismo internacional había comenzado en América Latina dos años antes, en 1992, el 17 de marzo contra la Embajada de Israel en la Argentina.

Algunos sostienen que fue un atentado contra la Argentina, otros que fue un atentado contra la comunidad judía. Más allá de lo opinable, no hay dudas de que la voladura sentó las bases para hermanar a todo el mundo occidental respecto de los cuidados que tuvimos que empezar a tomar a partir de ese momento.

Hagamos memoria: hasta entonces entrar a una dependencia pública no requería mayores precauciones y tomar un avión era un mero trámite. Con el atentado a las Torres Gemelas y a partir de 11 de septiembre del 2001, se despliega tristemente el acostumbrarse a estos actos criminales.

Hoy todo el mundo occidental civilizado tiene adquiridas las rutinas que implican las medidas de seguridad. Los judíos en el mundo y en este bendito país, que cobijó a nuestros padres y abuelos al escapar del horror, tuvimos que implementar esas prevenciones en nuestras instituciones desde hace ya mucho más de un cuarto de siglo. Las adoptamos para que nuestros hijos pudieran ir a la escuela o al club. Los hacemos pasar -cada mañana- por medidas de seguridad aeroportuaria y de jefe de Estado.

En la antigüedad, los mineros llevaban un canario al adentrarse en la profundidad de las minas, ya que el canario muere unos 30 segundos antes que el hombre cuando hay pérdidas del letal monóxido de carbono, que es un gas venenoso inoloro, incoloro e insípido.

Cuando el minero veía morir a su canario, sabía que tenía 30 segundos para salir corriendo. Los judíos somos una suerte de «canarios del minero» social, una especie de alerta: cuando una sociedad ve que al judío se lo persigue, ya sabe que tarde o temprano se continuará persiguiendo a otros. Siempre pasó, solo hay que leer la historia.

Tal vez ahora muchos entiendan que no se trata solamente de un atentado contra los judíos, sino contra todos aquellos que defendemos las libertades individuales, colectivas, la civilización, el pluralismo y la diversidad tan indispensables en una democracia.

Hoy, aquellos que pregonamos esos valores, estamos hermanados por la tragedia de un atentado terrorista fundamental.

Es necesario exponer la implicancia que tienen los gobiernos en cuya gestión han ocurrido los atentados. Es el Poder Ejecutivo de coyuntura el encargado de la instrucción sobre la escena del crimen y el que debe definir quiénes fueron los responsables. Ningún gobierno está exento de que pueda sucederle un atentado, lo que sí debería es poder garantizar -como ocurre en la mayor parte de los países- que va a capturar a los autores y los va a exponer al debido proceso.

Los atentados del 92 y del 94 no fueron resueltos al igual que el vergonzoso Memorándum de Entendimiento con Irán y al igual que la muerte del fiscal Nisman, encargado de la causa AMIA.

A esta altura, reclamar por la memoria, la verdad y la justicia me parece poco. Agrego el juzgamiento en ausencia y agrego futuro, porque el futuro es plantear las herramientas para que el «nunca más» no sea solo una declamación y generar los marcos legales para que no sean prófugos los que ponen bombas y, mucho menos, que los fugitivos se encuentren en un país que no tenga convenio de extradición.

No se puede conmemorar el peor atentado que sufrió nuestro país en su historia y coquetear con los que se abrazan con Hezbollah. Futuro es señalarlos con nombre y apellido. Eso es lo que debemos hacer todos los que preferimos abrazarnos a una república: denunciar a los que utilizan nuestras democracias para darle cobijo al terrorismo.

El autor es diputado nacional (Todos por el Cambio)

Fuente: Infobae.com      Waldo Wolff 

Sea el primero en comentar en "Hora de denunciar a los que cobijan al terrorismo"

Deje un comentario

Su email no será publicado


*