Axel Kicillof se apoyará en los intendentes y volverá «a la ruta» dentro de diez días si se calma la situación económica

El plan de Axel Kicillof era tomarse 15 días de respiro después 44 meses de recorrida y 90.000 kilómetros arriba del Clio gris de su amigo y jefe de campaña Carlos Bianco. Esa pausa estaba programada y por eso recién podría regresar a las rutas para el fin de semana del 24 de agosto, con alguna modalidad de encuentros y charlas porque hasta el septiembre no es tiempo legal de campaña. Si hay calma en la economía, aclaran.

El silencio que tuvo que guardar no estaba previsto para esta semana post electoral. No pudo subirse a la ola de su triunfo ni aprovechar mediáticamente los 52,53 puntos obtenidos en la PASO frente a quien consideraban ‘imbatible’ en Juntos por el Cambio, la gobernadora María Eugenia Vidal.

Kicillof no quiere opinar en público sobre economía ni tampoco quiere que lo haga Alberto Fernández, que pidió silencio a muchos de aquellos que lo acompañan.Guillermo Nielsen, por ejemplo, apenas esgrime alguna mínima opinión y en una visita el martes en el búnker de la calle México aconsejó máxima prudencia. «Es tema de Alberto», contestaba en campaña el ex ministro de Economía que de todos modos daba algunas opiniones.

En el caso del ex ministro K la economía es su marca, un estigma esta semana. Él prefiere, y necesita, mostrarse como candidato a gobernador y dejar para Fernández las respuestas, pocas o no, que haya sobre los temas que agitan hoy al país y al electorado. Por eso antes de fin de mes habría un encuentro con rectores de universidades nacionales en José C. Paz con el objetivo de firmar, probablemente con el candidato presidencial, un compromiso para garantizar la gratuidad de la educación terciaria. Y Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría y presidente del PJ bonaerense prepara un encuentro con los 135 candidatos a intendentes del Frente de Todos, vayan por su reelección o estén en la categoría de los ‘sin tierra’. La fecha depende de la agenda de Alberto Fernández, sostienen.

En estos días Kicillof se preservó puertas adentro de su oficina de campaña, en Piedras y Alsina, cerca de la Casa Rosada. Lo acompaña su equipo. Y lo visitaron algunos dirigentes como el intendente Martín Insaurralde y la marplatense Fernanda Raverta. Con muchos otros intendentes habló telefónicamente. Y con Alberto Fernández y Cristina Fernández se reunió durante más de dos horas el lunes y habló telefónicamente frente a cada novedad política y económica.

Con Insaurralde el contacto es permanente. Analizan números finos sobre el resultado, miran dónde podrían sumar votos, y miran con atención mesas, barrios y zonas donde el mensaje de Kicillof no fue acompañado en las urnas, donde faltó poco para ganar o donde hubo corte de boleta en su contra  o con preferencia por el intendente.

En tiempos de combatir la grieta no hay resquemores del equipo del candidato respecto a los intendentes. De hecho hubo sorpresa por la dimensión del triunfo a su favor. Pero hay casos a los que le empiezan a prestar atención.

Como Kicillof, Alberto Fernández recibió a Fernanda Raverta, la “apuesta” en Mar del Plata

Como Kicillof, Alberto Fernández recibió a Fernanda Raverta, la “apuesta” en Mar del Plata

La primera visita a Kicillof fue de Raverta, su compañera diputada nacional. En General Pueyrredón el candidato a gobernador perdió por 147.598 contra los 153.194 de Vidal. En fracciones representa 1% de los votos.

La candidata a intendenta de Mar del Plata fue la más votada en forma individual (104.671) pero perdió si se computan juntos los votos de los dos candidatos que compitieron en la PASO de Juntos por el Cambio, Guillermo Montenegro (78.801) y Vilma Baragiola (53.876). Lo que se le escapó a la diputada del Frente de Todos son los 65.786 votos de Gustavo Pulti, ex intendente que fue con boleta corta. Esos números apuraron la decisión de apuntalar a Mar del Plata y ponerla en la agenda en el arranque de la vuelta a la campaña. Fernández piensa igual y este jueves también él recibió a Raverta en México 337. Creen que pueden darse dos escenarios: que Montenegro no sume todo lo que tuvo su espacio o que los sufragios que cosechó Pulti se conviertan en «votos útiles» a favor del Frente de Todos.

El análisis en cada distrito se hace mesa por mesa y barrio por barrio. Servirá para focalizar el discurso y saber a qué sectores no les habló Kicillof o a qué sectores tiene que ir a escuchar. Para eso pide consejo a los intendentes de cada lugar.

El mismo diagnóstico hizo estos días Kicillof con Ariel Sujarchuk, de Escobar. También él tuvo más votos que Kicillof: se alzó con el 66,81% de los votos (83.960) mientras que la categoría gobernador quedó unos once mil por debajo. En el equipo del economista creen que tienen chances de crecer entre los vecinos de Escobar. Lo mismo pasó en Bahía Blanca donde Kicillof tuvo 62.000 votos y el candidato a intendente cinco mil más; en Avellaneda donde Jorge Ferraresi pasó los 122.000 mientras él quedó con 116.000 y en Berazatgui donde, tal como se preveía, Juan José Mussi se alzó con diez mil votos más que el joven economista. Esa brecha es la que quiere achicar el candidato con ayuda de los intendentes.

En cambio en Arrecifes, la ciudad de los Di Palma, y en Almirante Brown, Kicillof tuvo algunos pocos votos más. En otros lugares casi no hubo corte: en Hurlingham Kicillof tuvo casi 200 votos menos y en Lomas de Zamora quedó apenas 91 votos por debajo de Martín Insaurralde.

Presupuesto y situación social

Axel Kicillof con Ariel Sujarchuk, de Escobar (Pablo Barrera)

Axel Kicillof con Ariel Sujarchuk, de Escobar (Pablo Barrera)

En paralelo, el equipo de Kicillof no hace sólo análisis electoral. Ya están trabajando con los números de la Provincia, no van a esperar al 27 de octubre, plantean. No tienen sin embargo noticias desde la Legislatura donde no hay obligación de enviar un anticipo del Presupuesto 2020. Kicillof tiene diálogo con muchos diputados y senadores peronistas, apuntalado por Teresa García en el Senado y Carlos ‘Cuto’ Moreno en Diputados. Ambos además son su sostén en el territorio que pisa.

La cuestión social es lo que más preocupa al equipo. Cinco días antes de la elección, en el marco de la presentación de un libro junto a todos los precandidatos a intendentes de La Plata, el economista mantuvo una reunión reservada con el arzobispo Víctor ‘Tucho’ Fernández, designado como el sucesor de monseñor Héctor Aguer hace un año y un mes. Este cordobés, ex rector de la UCA, mantiene una estrecha relación con el Papa Francisco. En la previa a las PASO ambos acordaron mantener en secreto el encuentro para evitar especulaciones, sostuvieron ante Infobae referentes cercanos a ellos. Según dicen, conversaron sobre «el deterioro del tejido social». Kicillof habría quedado más preocupado que cuando llegó.

Fuente: Infobae.com

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