River: fútbol de alta velocidad, goleada y arco invicto para celebrar el regreso al Monumental tras 345 días

Fueron 345 días de espera y seis meses de trabajo para tener una esperada noche. Y River se dio el gusto de cerrarla con una gran sonrisa. En el regreso al renovado Monumental, le ganó por 3-0 a Rosario Central, se recuperó tras la derrota inicial frente a Estudiantes y logró sus primeros tres puntos en la Zona A de la Copa de la Liga Profesional. Sin brillar ni lucirse, le alcanzó con la potencia individual de sus figuras y el sostén de una idea futbolística y un esquema que parece haber llegado para quedarse.

River no jugaba en Núñez desde el 11 de marzo frente a Binacional (8-0) por la Copa Libertadores 2020. Anoche, estrenó la primera etapa de la renovación del estadio, con un campo de arena con un césped híbrido (95% natural y 5% sintético) de última generación con calefacción y enfriamiento, una nueva modalidad de drenaje y un sistema de aireación al nivel de los estadios más importantes del fútbol europeo. Y, aunque hubo imprecisiones producto del primer partido en un campo que con el tiempo se irá estabilizando, se vio lo que pretende el técnico Marcelo Gallardo: un fútbol de alta velocidad.

El renovado césped del Monumental, al nivel de los mejores clubes europeos y como quería el entrenador, Marcelo Gallardo.
El renovado césped del Monumental, al nivel de los mejores clubes europeos y como quería el entrenador, Marcelo Gallardo. Crédito: Mauro Alfieri / LA NACION

Muy poco tiempo estuvo incómodo River frente a Rosario Central. A pesar de que el equipo de Cristian González salió decidido a disputar la posesión de la pelota con su 4-2-3-1, luchó con ímpetu y tuvo un buen partido del peligroso Emiliano Vecchio, no le alcanzó para poder contrarrestar la calidad y el dinamismo de su rival. Quizás, todo pudo ser diferente si, a los 18 segundos de juego, un cabezazo de Luca Martínez Dupuy terminaba en gol. Fue la única distracción de una defensa millonaria que tuvo una tarea superadora sin repetir sus marcados déficits.

Con verticalidad y potencia, el peso individual de sus jugadores le permitió a River crear peligro de forma constante y dominar el juego. Y una carta fundamental fue la claridad e inteligencia de Matías Suárez, un delantero más que completo que comienza por la derecha y termina generando juego por todo el frente de ataque. Cada vez que encara con la pelota invita a creer que algo diferente puede suceder.

Los jugadores de River abrazan a Gonzalo Montiel, que acaba de convertir de penal el segundo gol del conjunto millonario en el 3-0 ante Rosario Central, por la Copa de la Liga Profesional 2021.
Los jugadores de River abrazan a Gonzalo Montiel, que acaba de convertir de penal el segundo gol del conjunto millonario en el 3-0 ante Rosario Central, por la Copa de la Liga Profesional 2021. Crédito: Mauro Alfieri / LA NACION

En los primeros minutos de juego, tanto Suárez como Rafael Borré habían desperdiciado oportunidades y el viejo karma de la falta de eficacia parecía decir presente. Hasta que a los 36 minutos, en un córner a favor, Paulo Díaz bajó la pelota y Borré apareció en el segundo palo para empujar la pelota y marcar un grito necesario para alejar fantasmas que empezaban a revolotear.

A pesar de que solo tenía 233 minutos sin goles, había desperdiciado diversas oportunidades frente a Defensores de Pronunciamiento y Estudiantes y no había tenido un buen primer tiempo frente al Canalla. Así, el atacante colombiano alcanzó los 48 festejos en 132 partidos en el club y sigue creciendo como el máximo goleador del ciclo de Marcelo Gallardo. Un delantero fundamental con un rol colectivo más que necesario para el equipo. Si no está fino, se siente. Tal como ocurre con Suárez.

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Por fuera de los delanteros, la otra carta esencial del DT son los laterales: Gonzalo Montiel por derecha y Fabrizio Angileri por izquierda son dos protagonistas exclusivos en el esquema 3-3-2-2 que Gallardo ya dispone como habitual. Con proyección y claridad, ambos se destacan con su fútbol de alto vuelo y tienen un rol más ofensivo que defensivo. Son dos mediocampistas más a la hora de salir en velocidad hacia el arco rival. Y generan peligro con desbordes, conexiones y pases filtrados.

Así cerró el resultado. A los 11 minutos de la segunda parte, Suárez se conectó con Angileri por la izquierda y el desborde del lateral derivó en el penal que Montiel cambió por gol (el árbitro Fernando Rapallini cobró mano de Joaquín Laso tras el centro, pero la pelota había pegado en la axila). Y luego, seis minutos más tarde, un desborde de Montiel derivó en un despeje y un potente remate de Nicolás De La Cruz desde afuera del área para anotar el 3-0.

Marcelo Gallardo mira el partido de River ante Rosario Central a un costado del campo de juego; el equipo millonario regresó al Monumental luego de las refacciones en el césped y tras 345 días.
Marcelo Gallardo mira el partido de River ante Rosario Central a un costado del campo de juego; el equipo millonario regresó al Monumental luego de las refacciones en el césped y tras 345 días. Crédito: Mauro Alfieri / LA NACION

Con el partido ya encaminado, Gallardo se dio el gusto de empezar a ver los solicitados refuerzos: Agustín Palavecino debutó en reemplazo de Jorge Carrascal y tuvo sus primeros 25 minutos de juego, en los que el volante mixto mostró buenas pinceladas de un fútbol dinámico y ofensivo. Además, el DT también tuvo en el banco a David Martínez, mientras que las otras cuatro incorporaciones (Alex Vigo, Jonatan Maidana, José Paradela y Agustín Fontana) recién están teniendo sus primeras prácticas.

En el regreso al Monumental, volvieron los goles con las cartas de siempre. River lavó su cara en el inicio de la Copa de la Liga Profesional, reafirmó su presente para seguir compitiendo al máximo nivel y pudo disfrutar de una esperada noche tras 345 días.

Fuente: La Nación

 

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