Larreta, el principe inesperado que despierta a la UCR

Como en el cuento de Blancanieves, ahora políticamente incorrecto porque el príncipe la besa dormida, obviamente sin su previo consentimiento, Horacio Rodríguez Larreta se convirtió en el despertador involuntario del largo letargo radical.

Mientras el jefe del gobierno porteño debió apelar al matafuego para apagar el principio de incendio en su pago chico disciplinando (?) a Patricia Bullrich para encaramar a María Eugenia Vidal en la lista de diputados de Juntos por el Cambio, en la UCR se empiezan a entusiasmar como hasta ahora nunca lo habían soñado.

Es que mientras el liderazgo supuestamente liberal estuvo sin discusión en manos de Mauricio Macri los dirigentes de ese partido se refugiaban en el Congreso para darle respaldo legislativo al gobierno anterior, junto a sus aliados de la coalición. En cambio, los primeros pasos de un liderazgo supuestamente controlador lo están haciendo transpirar a Rodríguez Larreta, más todavía que los embates del gobierno nacional, con los que viene lidiando desde que se rompió la idílica postal de la mesa compartida con el Presidente y Axel Kicillof.

En el entorno del expresidente Macri se observan estos movimientos como un desgaste innecesario y ajeno a la esencia original de Pro. Arriesgan que es producto de una excesiva influencia de Guillermo Seita, el poderoso asesor en comunicación política que Larreta comparte con los gobernadores peronistas de Córdoba, Juan Schiaretti, y de Santa Fe, Omar Perotti.

Los cafecitos de la paz, consumados en bares cancheros del corredor de la avenida Libertador, inmortalizados en fotos y videítos que llegan a los medios desde las redes sociales, le están saliendo cada vez más caros al dueño del poder capitalino. Declinó Bullrich competir en la ciudad, pero acelera su protagonismo nacional en Pro y ya no oculta su voluntad de aspirar al premio mayor en 2023. Habrá que ver, además, cómo se cobra ahora Jorge Macri haber desistido de embestir contra Diego Santilli, el vicejefe de Larreta, enviado para conquistar el territorio bonaerense que Vidal decidió dejar atrás.

Pero la cafeína larretista, que tanto derrama para cerrar sus trabajosos acuerdos, viene teniendo inesperados efectos despabiladores en los radicales, que han encontrado el emergente ideal para recuperar influencia en Martín Lousteau. Con juego propio desde el minuto uno de su irrupción en la vidriera pública, el senador de la UCR viene destacándose últimamente como inspirado armador de una suerte de menemismo tardío, al menos en lo que se refiere a su exitosa convocatoria de figuras ajenas al mundillo político y que mueven el avispero mediático: el neurólogo Facundo Manes, para encabezar la lista partidaria en territorio bonaerense; el periodista Martín Tetaz, para secundar a la díscola Vidal.

El referente capitalino de Lousteau, Emiliano Yacobitti, empujó para que la periodista Carolina Losada sea candidata a senadora en Santa Fe. El actor Luis Brandoni también competirá en la Capital. Hay más nombres llamativos en gateras, aunque tal vez no tan rutilantes.

¿El concepto de esta movida?: darle más bríos y aire fresco a un partido que tiende a la naftalina y al que hace rato no le alcanza vivir de la epopeya alfonsinista de 1983.

No era necesario el desembarco de Vidal en CABA para saber que Pro nunca iba a poner a los pies de Lousteau la sucesión de Larreta (que no puede ser reelegido en 2023). Pero tampoco parece que ese sea el trofeo que más le interese al senador. Pues de no tener la UCR ningún candidato competitivo a la presidencia en 2023, resulta que ya tiene dos: Manes y Lousteau.

Y no hay dos sin tres: en Jujuy, la reciente cuarta victoria consecutiva de Gerardo Morales redujo a su mínima potencia a su archienemiga Milagro Sala, cuya lista (Unidad para la Victoria) terminó en sexto lugar, con solo un poco más del 5% de los votos. Méritos más que suficientes para que empiece a brillar con mayor intensidad en la vidriera nacional.

Pero no hay tres sin cuatro, y también fortalece su perfil el titular del radicalismo, Alfredo Cornejo, gran artífice del acuerdo en Mendoza entre la UCR y Pro. Hasta Mauricio Macri lo tenía previsto como jefe de Gabinete o ministro del Interior, si hubiera sido reelegido como presidente en 2019. Y no olvidemos a Mario Negri, que levantó tanto su perfil mediático en los últimos años, ahora en el tramo final de la engranada puja en el armado de la lista, en Córdoba.

La olla radical en su máxima ebullición. El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, empapeló toda la Capital para hacer notar que también meterá cuchara en la interna de Juntos (así, a secas, en tierras bonaerenses). Hasta los exradicales Ricardo López Murphy (en la Capital) y Margarita Stolbizer (en la provincia) aportarán a las urnas en los próximos comicios. No falta nadie.

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